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Saponificación: La alquimia del jabón

by in General 16/08/2020

Los jabones artesanales se producen por medio de una de las reacciones químicas más conocidas y antiguas: la llamada saponificaciónEn términos muy sencillos, es el proceso que convierte “mágicamente” la manteca o el aceite, en jabón. Esta transformación mágica no es otra cosa que una reacción química en la que un cuerpo graso, unido a un álcali y agua, da como resultado jabón y glicerina.

grasa + sosa cáustica → jabón + glicerina

Un jabón correctamente formulado contiene una proporción de aceite y sosa adecuada para que toda ella reaccione y se agote; dejando incluso una cantidad extra de aceite (sobreengrasado) que aporta un plus de humectación a la piel.

Los métodos más utilizados para elaborar jabones por saponificación son los siguientes:

La saponificación en caliente (hot process)

La mayor parte de los jabones industriales emplean este proceso de elaboración. La industria realiza la saponificación en caliente de los distintos aceites por separado, obteniendo virutas de jabón de sodio de los distintos aceites vegetales. Estas virutas son mezcladas posteriormente en el proceso de extrusión para obtener la pastilla de jabón.

La glicerina que se genera en este proceso se extrae y se vende por separado a la industria cosmética y farmacéutica; siendo muy valorada para la  elaboración de cremas y otros productos cosméticos.

Como resultado de las altas temperaturas a las que son sometidos los aceites durante la saponificación en caliente, el jabón resultante pierde su capacidad hidratante y suavizante, además de las propiedades naturales de sus ingredientes. La única ventaja de este método es su coste, muy económico para la industria. El consumidor final está comprando tan solo un producto limpiador, sin ninguna propiedad cosmética.

La saponificación en frío (cold process)

Sería la variante lenta (slow cooking) que requiere de un periodo de curado del jabón de al menos cuatro a seis semanas. En este tiempo se completa la fase de saponificación, disminuyendo el pH y favoreciendo el secado del jabón hasta alcanzar su tamaño y dureza definitivas.

Es un proceso más lento y costoso, pero que conserva las propiedades naturales de sus ingredientes en el jabón.

Un producto tan simple y básico como un jabón artesanal elaborado en frío, limpia a la vez que cuida y protege las pieles más sensibles y delicadas; generando un mínimo impacto en el medio ambiente.

Con un jabón artesanal ecológico se evitan o minimizan las irritaciones en las pieles atópicas y más sensibles, se previenen las alergias a ingredientes químicos o sintéticos; y se reduce el empleo de plásticos en nuestra rutina de higiene personal.

En Ecóleo empleamos la técnica de saponificación en frío en la elaboración de todas nuestras variedades de jabones artesanales.

La belleza de la química es su gran poder transformador.

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