Moringa, árbol de la eterna juventud
La Moringa (moringa oleífera) es un árbol originario del Valle del Alto Indo, a los pies de la cordillera del Himalaya, en la actual Pakistán; estando hoy día presente en prácticamente todas las regiones del mundo de clima tropical y subtropical. Los primeros datos de esta planta se remontan a la época de los cazadores y recolectores del Mesolítico (10000 – 7500 a.C.). Fue a través de las antiguas rutas comerciales, que esta planta se diseminó por el Sur de Asia y las islas del Índico y del Pacífico. Por África central, la difusión se realizó a través de las rutas abiertas por los egipcios; y en América, la planta fue introducida desde Filipinas.
Sus propiedades medicinales eran conocidas desde antiguo por la medicina ayurveda para el alivio de hasta 300 dolencias distintas. En la antigua Grecia era conocido como árbol de la eterna juventud y los egipcios y romanos la emplearon con fines cosméticos en la preparación de perfumes, cremas de belleza, ungüentos sagrados, protectores de la piel contra infecciones, repelente contra insectos y acondicionador de la piel y el cabello.
En el antiguo Egipto sus semillas también se empleaban para potabilizar el agua, gracias a que presentan una gran concentración de un tipo de proteína cuyas propiedades floculantes la hacen ideal para el tratamiento de la turbidez.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), la consideran como uno de los grandes descubrimientos del siglo por su alto contenido en proteínas (superior al 25%), fibra, minerales, antioxidantes y antifúngicos. La UNESCO afirma que es la planta con más nutrientes jamás antes vista, siendo capaz de prevenir más de 300 enfermedades y un potencial recurso para evitar la desnutrición.
La moringa se ha descrito también como una planta con propiedades antibacterianas, existiendo estudios que demuestran que el empleo de 4 gramos de polvo de moringa (una cucharada sopera) en el lavado de manos tienen el mismo efecto que un jabón artesanal.
Después de ver todas las propiedades y usos que tiene esta planta para asuntos tan cruciales como la lucha contra el hambre, la depuración del agua o el tratamiento de enfermedades; hacer referencia a su empleo en cosmética puede parecer algo trivial. Pero está comprobado que esta maravillosa planta aporta también muchos beneficios para el cuidado de tu cabello. Entre sus bondades destacamos:
- Debido a su alto contenido en nutrientes, estimula el crecimiento del cabello, contribuyendo a que este se mantenga más sano y fuerte.
- Tiene propiedades hidratantes y reparadoras que permiten combatir la sequedad del cabello; siendo idónea para tratar cabellos teñidos.
- Tiene efecto acondicionador, reduciendo el frizz, lo que se traduce en observar un cabello mucho más liso.
- Aporta luminosidad y fortaleza a tu cabello.
La moringa es un actor secundario de lujo en muchas de nuestras formulaciones de shampoo sólido; aportando propiedades protectoras, fortalecedoras, reparadoras y acondicionadoras para tu cabello.
Ilustración de portada: Tumba de Neferhotep (Dinastía XVIII). Repesenta el festival de la cosecha con mujeres agitando ramas de moringa.